En verano las temperaturas aumentan y no es extraño que nos desplacemos con nuestros perros o gatos a nuestro lugar de vacaciones. El traslado suele hacerse en coche, autobús, tren o avión normalmente, así que además de tener en cuenta los requisitos legales necesarios para viajar con nuestro animal, debemos controlar
las condiciones en las que va a viajar el animal ya que la temperatura en estos medios de transporte suele ser elevada y no están bien ventilados (sobre todo si viajan en bodega o sin aire acondicionado).
¿Qué es el golpe de calor?
Lo que comunmente conocemos por golpe de calor no es otra cosa que una hipertermia severa (41 - 42 ºC) que termina en daño térmico para los tejidos del cuerpo.
Esto ocurre cuando el cuerpo no es capaz de disipar el calor que genera de una manera eficaz.
El calor se puede disipar a través de cuatro mecanismos: radiación, convección, conducción y evaporación. En el intercambio térmico mediante radiación y convección se produce vasodilatación a nivel cutáneo y aumento del gasto cardíaco. Cuando se produce por conducción suele ser por contacto con superficies más frías que el cuerpo del animal, y cuando se intercambia por evaporación suele ser mediante el sudor (en humanos, caballos y vacas) o gracias al jadeo en perros.
La incapacidad de disipar ese calor puede estar producida por causas endógenas o exógenas al animal.
Endógenas:
- Obesidad
- Razas braquicéfalas (bulldog francés, bulldog inglés, bóxer...)
- Parálisis laríngea u obstrucción de las vías aéreas superiores
- Enfermedad respiratoria o cardiovascular
- Animales de edad avanzada
- Enfermedades que afectan al sistema nervioso central.
Exógenas:
- Privación de agua
- Confinamiento en espacios mal ventilados y/o al sol
- Falta de aclimatación
- Humedad extrema
También puede haber un aumento de la temperatura del animal debido al ejercicio, enfermedades que cursan con fiebre, hipertermia hormonal (hipertiroidismo y feocromocitoma), ataques o fasciculaciones musculares extremas.
¿Cómo se produce el golpe de calor?
En el comienzo del golpe de calor aumenta el gasto cardíaco debido a la vasodilatación periférica y la disminución de la resistencia vascular. Al progresar la hipertermia, se produce un descenso del volúmen de sangre circulante resultando en una hipotensión y un descenso del gasto cardíaco. Esto produce que los mecanismos de intercambio de calor mediante convección y radiación fallen y se produzca un aumento de la temperatura y el consiguiente golpe de calor en el perro o gato.
Complicaciones del golpe de calor:
- Problemas de coagulación (daño vascular, necrosis celular, coagulación intravascular diseminada...)
- Sistema renal (daño renal...)
- Efectos a nivel hépatico (necrosis celular hepática, elevación de las enzimas hepáticas...)
- Sistema digestivo (daño en los tejidos, diarrea hemorrágica, vómitos sanguinolentos, translocación bacteriana...)
- Sistema nervioso central (edema cerebral, degeneración neuronal...)
¿Cómo puedo prevenir el golpe de calor y sus consecuencias?
Los casos de golpes de calor suelen darse en su mayoría en los meses cálidos, en los que las temperaturas son superiores y las condiciones de humedad suelen ser más altas, sobretodo si nos desplazamos a zonas de costa.
Por eso debemos estar alerta y proporcionar a nuestro compañero peludo un lugar de descanso convenientemente ventilado, acceso a agua fresca e incluso refrescar su cuerpo con agua, ya sea mediante mangueras, compresas húmedas o sprays de mano.
En caso de que nos hayamos despistado y estemos ante un posible golpe de calor, siempre deberemos refrescar al animal antes de acudir lo más rápido posible al veterinario (se barajan cifras de supervivencia de en torno al 61% si el perro es refrescado antes de acudir a un centro veterinario).
Siempre debe usarse agua a temperatura ambiente, ya que el uso de agua fría o hielo puede producir vasoconstricción y fallo de los sistemas de intercambio de calor como ya hemos explicado anteriormente.
Lo ideal es usar agua del tiempo y usar ventiladores dirigidos hacia el animal para así facilitar el intercambio por radiación y convección. Se desaconseja el uso de enemas de agua fría ya que se ha visto que la vasoconstricción producida en los lechos vasculares a nivel gastrointestinal puede empeorar los casos de isquemia y translocación bacteriana.
No debemos olvidar que los porcentajes de mortalidad del golpe de calor rondan entre el 36% y el 50%, con lo que es de vital importancia una rápida actuación y traslado al centro veterinario lo antes posible.
Así que ya sabéis, a disfrutar del verano con nuestro gato o perro, pero siempre con cabeza y evitando las horas de máximo calor en vuestros paseos.
Bibliografía:
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